MIÉRCOLES, 21 DE ENERO DE 2015

El despertador suena a las 8:00, como todos los días, pero hoy me levanto de un salto.
Ayer me dormí pronto y no he tenido malos sueños ni pesadillas, así que me levanto fresca como una lechuga. Pues sí que funciona los ejercicios de relajación de la psicóloga...

Me preparo mi "desatascador de cañerías" y café con leche (Mierda!!! Me he quedado sin azúcar moreno!!!).
Sé que hay que desayunar como un campeón, pero.... Yo de recién levantada, bastante es que me beba el café.
El "desatascador de cañerías" es simplemente agua caliente. Te la bebes en ayunas y en 5, o como mucho 10 minutos, te vas cagando leches al baño. Mejo dicho, te vas cagando, a secas. Y si te tomas un kiwi, créeme, tienes que correr si no la quieres liar parda.
El aceite también suele ayudar, pero en mi caso particular, que no tengo problemas de estreñimiento de ningún tipo, prefiero el agua, que no engorda. Prefiero reservar mis dosis de aceite para otras comidas.

Hoy toca coliflor para comer. Nada complicado. Cuezo la coliflor con unas patatas, frío aceite con ajo, cebolla y pimiento en una sartén, le añado pimentón y lo mezclo. De aceite pongo una cucharada por ración. Y de segundo, pavo a la plancha. ÑAM!!!!

Salgo a la calle y me encuentro un pingüino refunfuñando como una vieja, quejándose del frío (madredelamorhermoso).
Me piro a trabajar.
Desgraciadamente me ha invadido el espíritu de la vagancia y la glotonería y le han hecho un KO a mi voluntad (no se vale....eran dos contra uno....)
Hagamos con que "compenso" con mi puré de verduras para la noche. Y castigada a no comer más.
Reconozco que siento algo de culpa, pero no le voy a dedicar más tiempo. A lo hecho, o a lo no hecho, pecho.
Mañana me toca cita con la terapeuta. Ya os contaré.