miércoles, 27 de mayo de 2015

ANTES HABLO....

El martes...PUF!!!!!!!!!!
Por la mañana y parte de la tarde, más o menos bien.
Es el día que trabajo, que, en teoría, es uno de los días en los que perfectamente me encaja una buena rutina de fuerza, así descanso de la carrera del día anterior (que dicho sea de paso, creo que me he flipado yo sola, que me dolían los rodillas no veas....) y hago algo útil. Qué se yo...

DESAYUNO

Café con leche semidesnatada y edulcorante.

MEDIA MAÑANA

Una taza de cerezas.

COMIDA

Repollo con zanahoria y patata con pimentón.
Fiambre de pavo con pan de molde integral.

Después de comer tengo que ir un par de horas a trabajar a una casa.
No os cuento la vuelta, porque casi me da vergüenza....
Lo único bueno es que entre que voy, estoy ahí trabajando a tope sin parar y vuelvo, son una hora y media de caminata y dos horas sin parar.
Que quemo más cuando corro, pero mejor quemar poco que no quemar nada.
Aún así, al llegar a casa la cagué. Pero a base de bien.
Empecé a pensar (qué jodido es pensar) y me volví a venir abajo. Y cuando me vengo abajo....como.
Así que me puse tibia con el jamón york, no sé cuántas lonchas caerían.
Y luego cené, puré de verduras.
Pero viendo la tele después de cenar, me volví a venir abajo, y ya lo que cayó no era tan sano: unas almohadillas de cereales rellenas de chocolate negro.
Que me comería un puñado, que no me entraba más, pero no debería haber entrado nada.

Si todo tiene relación. El lunes lo hago de puta madre porque no suelo tener tiempo para pensar.
Igual que los miércoles. Son los días que más lío tengo, junto con el jueves.
Los martes y los viernes, y el fin de semana son mis días criminales.
Los días en los que me suelo venir abajo y cagarla.

Que no es por nadie en concreto. Que mi enemiga soy yo, quien se jode soy yo, y quién me tortura soy yo misma.
Que todo viene al mismo sitio, a esa capacidad de machacarme, de ponerme de lo peor, de tratarme de inútil y estúpida. Joder.
Es verdad que soy exigente con los demás (supongo que por eso huyen despavoridos) pero es que conmigo soy 500 veces más exigente.
Como dice mi madre: "Joder Mercenaria, es que no te pasas ni una".
Me cuesta ser indulgente conmigo misma. Porque tampoco es para tanto, si lo miras en perspectiva.
Pero es como una bola de nieve.
Por ejemplo, el martes tenía pensado bajar a echar unos currículums, a ver si me sale algo, y por H o por B, al final no lo hice.
Y ya me empieza el runrún...Que si soy una vaga, que qué puta estúpida, que para una mierda de cosa que tengo que hacer, joder, normal que te vaya todo mal, porque con esa actitud no vas a ningún sitio....y la bola crece, crece, crece y se van añadiendo ya cosas que no tienen que ver, pero joden igual...y hala, otra vez la llorera y los ojos como huevos.
Y acabas asomándote a la nevera, donde la bola de nieve se estrella.

Buenas noches, que mañana será otro día.


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