domingo, 10 de mayo de 2015

SADNESS

No se me termina de ir esta tristeza perenne instalada en mi vida.
Me quema las pocas ganas que me quedan de hacer cosas.
¿La última sesión con la psicóloga? Una llorera monumental durante casi una hora y media, de la que emergió un hermoso lago salado en plena consulta.

¿Es posible que me afecte la proximidad de la fecha de la ruptura?
¿Verle un día de casualidad y descubrir que está tan feliz y tan campante, que parece que yo fui el centro de todos sus problemas y con la ruptura se liberó?
Sea lo que fuere, me está devorando por dentro las pocas ganas que me quedan de hacer algo con mi vida.
Hago todo lo que me recomienda la psicóloga para salir del bache, porque estoy amargada, por mucho que lo quiera ocultar y por mucho que no quiera preocupar a la gente de mi entorno.
Disimulo superbien, no os creáis. Me pongo mi máscara y salgo al escenario y todo el mundo se cree la actuación. Hay días que hasta yo me la creo.
Pero nadie sabe las veces al día que me rompo en pedazos, parece que me calmo y me digo "Venga, nena, ya pasó, sólo ha sido un pequeño bajón", pero no.
Es muy incómodo hacer partícipe a la gente de mi miseria interna. Me da como pudor.
Y tampoco me trasmite nadie la suficiente confianza para contarlo.
Lo escribo en el blog, porque nadie de mi círculo sabe lo que escribo, y tampoco quiero que sepan que en realidad estoy hecha polvo. Prefiero que crean que sigo siendo Mrs Freeze, que soy más dura que las piedras y que mi cuerpo está curtido en mil batallas, y que ésta no deja de ser otra escaramuza más.
Pero no consigo dar con la clave, con el quid de la cuestión, con el puto hilo por el qué tirar, desenredar la madeja que es mi vida y ponerle orden y concierto.
Esta vida que llevo me supera. Y por más que intento hacer cosas que me saquen de este puto lodazal, me doy cuenta que sólo son parches de duración determinada y breve.
Aprovecho cualquier oportunidad que se me presenta para hacer algo fuera de la rutina.
Por ejemplo, conseguí animar a mi amiga que saliera el viernes un ratito conmigo, algo harto difícil, porque como es mami, le da como recargo de conciencia salir mientras tiene al niño en casa.
Mentiría si dijera que me aburrí, porque la verdad, me lo pasé muy bien, nos echamos unas risas y todo.
En ese rato no cabía la tristeza ni la depresión, pero es un rato que tuvo un principio, y un lógico fin.
Llegar a casa, quitarme la ropa y volver a sentirme como una piltrafa de nuevo.
Eso es lo que duró.
Más no se me ocurre hacer.
Procuro arreglarme todos los días, aunque no me vaya a ver nadie, sólo por verme yo bien.
Hago manualidades, punto sobretodo, para estar concentrada en algo y ahuyente los malos pensamientos.
Llevo a rajatabla mi rutina de ejercicios, a ver si con las endorfinas que segrego me da para aguantar unas horas "medianamente" bien.
Voy puntualmente a la peluquería, no le doy ni una oportunidad de que se me vean las canas, para no verme más vieja si cabe.

Joder, que yo me esfuerzo, que yo lucho, que no me quedo en la cama maldiciendo mi suerte, que al final del día me queda el manido "al menos lo intenté, hice esto, esto, esto y aquello".
Pero sigue sin funcionar.
El último recurso que me queda es apuntarme a una página de contactos, que me lo recomienda la psicóloga cada vez que voy, y yo me niego en banda.
Que las carga el diablo, que en esas páginas ya sólo queda morralla y tíos desesperados, y que no me da la gana, que tiene que haber otra forma.
Que esa es otra. ¿En serio quiero conocer a gente nueva?
¿Volverme a confiar para que vuelvan otra vez a joderme? Me parece que ya he cubierto el cupo de decepción.
A lo mejor es eso, que ya me aburrí de dar oportunidades, de ilusionarme y fracasar, de enlazar decepción tras decepción.

No sé, ya desvarío, me temo.




4 comentarios:

  1. Yo creo que es lo que tú te dices al principio: es un bache.
    Y en estos casos yo creo que lo que tenemos que hacer es eso, no regocijarnos y maldecir nuestra suerte desde la cama, pero seguir viviendo, que ya vendrán tiempos mejores.

    O eso dicen, ¿no?

    Mucho ánimo C:

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  2. Hola nena!!

    Pues mira ... yo te admiro porque estás luchando . Y pones empeño y ganas . Si tú lo quieres se irá esa tristeza , que la felicidad no es otra cosa que querer . Y tú quieres recuperarte y lo conseguirás .

    No te hace falta nadie más que tú para ser feliz . Enamorate de tu vida , de la gente buena q está hoy x hoy. Que seguro que hay ;) y ya vendrá lo demás . Abrazo enooooooorme campeona !

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  3. No sé por qué no puedo seguirte...

    En fin, es importante ponerse la máscara y creerse un poco el papel, pero yo siempre he temido contar mis movidas por pudor, más que mis movidas, mis estados de ánimos súper tristes, porque no quería rallar a la peña, y lo cierto es que contarlo libera y contarlo le resta importancia y al final tú misma te terminas riendo de la movida... No sé, hay partes de nosotros que no podemos compartir y es una putada, o quizás ahí reside nuestra esencia, qué sé yo, y yo sé que cosas de la enfermedad o el vacío que siento son difíciles de expresar o de comprender por parte de los demás, pero algo tan básico y tan universal como tener el corazón roto y estar jodida por una persona... eso SIEMPRE ayuda compartirlo.

    Un abrazo.

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